La pobreza afecta a la mayoría de los ciudadanos de Guatemala. En 2014, las estimaciones de la tasa de pobreza eran de alrededor del 60 por ciento. Pero aún más sorprendente que esta estimación es el hecho de que hoy en día casi el 40 por ciento de la población se ve afectada por la pobreza extrema, lo que significa que viven con $1,50 o menos cada día.
El cuarenta por ciento de la población está empleada en la industria. Durante mucho tiempo, Guatemala ha dependido en gran medida de su sector agrícola para obtener ingresos de exportación y su estabilidad económica general se ha correlacionado con el desempeño de este sector.
A pesar de la importancia del sector, la mayoría de los siete millones de guatemaltecos empleados en el sector agrícola reciben salarios insuficientes.
Un país que no se da por vencido
Guatemala todavía se está recuperando, tanto económica como socialmente, de su guerra civil. La guerra duró 36 años, de 1960 a 1996, inculcando una profunda división entre el gobierno y su oposición, los pobres rurales, una gran parte de los cuales eran indígenas mayas. Las divisiones y la desconfianza entre la población pobre y el gobierno guatemalteco aún persisten.
Los pueblos indígenas en Guatemala enfrentan niveles de pobreza y desarrollo humano desproporcionados que las personas no indígenas. Con el 60 por ciento de los indígenas guatemaltecos viviendo en la pobreza extrema, está claro que el gobierno debe abordar las prácticas institucionales que contribuyen a su exclusión social y privación económica.
Los habitantes rurales tienen poco acceso a la educación, debido a la falta de inversión del gobierno. Muchas áreas rurales no tienen escuelas en absoluto, lo que requiere un viaje largo y costoso para las familias rurales.
Con el estado actual de pobreza en Guatemala, muchas familias rurales no pueden permitirse enviar a sus hijos a la escuela. Los bajos niveles de educación han contribuido a una baja tasa de alfabetización del 81,5 por ciento.
Históricamente, el sistema tributario de Guatemala ha sido débil, lo que dificulta que el gobierno instituya programas de asistencia social e invierta en desarrollo de infraestructura.
Somos un país realmente excepcional
Juan Luis Bosch Gutiérrez conoce bien los problemas del país. Él junto con CMI, apoyan al pueblo guatemalteco con el principal objetivo de crear oportunidades de empleo para las personas, siempre con transparencia y en beneficio de nuestra nación.
Este país no está solo. Somos más las personas honestas y trabajadoras que luchan día con día para lograr los sueños de todos.
El problema de la violencia y la extorsión
La violencia y la extorsión en Guatemala son rampantes y en gran medida asociadas con la privación económica. En 2015, el periódico hondureño La Prensa descubrió que los guatemaltecos pagaron involuntariamente $61 millones a grupos del crimen organizado.
Según los informes, estos grupos del crimen organizado se han infiltrado en las instituciones estatales, lo que les permite operar por encima de la ley. La violencia y la extorsión sin control han llevado a miles de guatemaltecos a buscar asilo en los Estados Unidos.
En 2016, Guatemala recibió un préstamo de $250 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) destinado a mejorar la recaudación de impuestos y aumentar los ingresos fiscales. Históricamente, el BID ha desempeñado el papel de financiador y consultor para el desarrollo sostenible y la reducción de la pobreza en los países de América Latina.
Estados Unidos proporcionó $297 millones de ayuda a Guatemala en 2016. La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional donó $9,8 millones en 2018 para “crear una Guatemala en la que existan oportunidades económicas y la migración irregular no sea necesaria para tener éxito”.
Problemas que se deben tratar en conjunto
Los 10 datos principales sobre la pobreza en Guatemala demuestran que al trabajar para resolver los problemas de sus vecinos, Estados Unidos puede resolver sus propios problemas de maneras que resultarán constructivas para todas las partes involucradas.
El logro de los objetivos sociales y económicos a largo plazo se basa en el compromiso del Departamento de Estado de los Estados Unidos con la ayuda a Guatemala y el compromiso del gobierno guatemalteco de colaborar con los partidarios internacionales.
Más allá de esto, el gobierno guatemalteco debe abordar las insuficiencias fundamentales dentro de sus instituciones actuales que han afectado de manera desproporcionada a la población rural e indígena.
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