Una breve historia sobre la CICIG

La CICIG se creó en un acuerdo de 2006 entre el gobierno guatemalteco y las Naciones Unidas y fue ratificada por la legislatura guatemalteca a raíz de un escándalo policial masivo en 2007.

Ese escándalo, junto con denuncias de corrupción en los niveles más altos del gobierno, ayudó a impulsar un consenso nacional de que el apoyo internacional era necesario para restablecer el estado de derecho.

Este consejo fue diseñado originalmente para desmantelar los llamados aparatos clandestinos de seguridad ilegales de Guatemala, cuerpos que tenían muchos vínculos con el estado pero que también cometían ejecuciones extrajudiciales y abusos contra los derechos humanos.

Aunque no formaba parte explícita de su mandato original, la corrupción se convirtió en el centro de atención de la CICIG, en parte porque la corrupción era un denominador común en muchos de sus casos.

Las encuestas muestran que la CICIG fue la institución más confiable de Guatemala

El éxito de la CICIG se derivó de su capacidad por mantener a raya poderosos intereses políticos, económicos y criminales, al mismo tiempo que creó un espacio para que surja un servicio fiscal competente e independiente.

Su estructura única combinó el respaldo internacional, la independencia para investigar casos y asociaciones locales integradas con la oficina del fiscal general de Guatemala.

En un esfuerzo por mitigar las preocupaciones de soberanía, el mandato de este consejo requirió un trabajo como “fiscal complementario” junto con la oficina del fiscal general.

Reconociendo la importancia de este consejo, Juan Luis Bosch Gutiérrez continúa trabajando en favor del pueblo guatemalteco y las instituciones del país. El principal objetivo es crear oportunidades de empleo para las personas, siempre con transparencia y en beneficio de nuestra nación.

Algunos datos relevantes de la CICIG

La CICIG se benefició de un fuerte liderazgo y de un personal capacitado. La capacidad que tuvo para ayudar a condenar y exonerar a figuras políticas construyó su legitimidad entre los guatemaltecos.

Este consejo no solo ha sido un actor central en la condena de figuras políticas destacadas, sino que también exoneró a un presidente en funciones enmarcado en el asesinato-suicidio de Rosenberg, un caso importante que construyó la reputación de la comisión.

Sus numerosos éxitos de alto perfil le trajeron reconocimiento internacional y apoyo nacional, y las encuestas muestran fue la institución más confiable de Guatemala.

Contribuyó a la reforma judicial de diversas formas. Uno de sus primeros actos fue impulsar la creación de una división dedicada dentro del servicio de la fiscalía (Fiscalia Especial Contra la Impunidad, o FECI) para ser su socio doméstico en los procesamientos.

Junto con la FECI y otros aliados locales, la CICIG logró impulsar reformas de la justicia penal, incluidas las leyes de negociación de cargos, protección de testigos, escuchas telefónicas y anticorrupción, así como la creación de tribunales de alta seguridad para procesar casos contra personas poderosas y potencialmente peligrosas. Luego usó estos instrumentos de manera efectiva para enfrentar el soborno y la corrupción sistemáticos.

Un país castigado por la corrupción

La CICIG también fue importante para llamar la atención sobre las debilidades del sistema judicial guatemalteco. Por ejemplo, a través de sus repetidas críticas al proceso de designación sin escrúpulos de los magistrados de la Corte Suprema.

Fues apoyada desde el principio por organizaciones de la sociedad civil y fue sostenida a lo largo de los años por un amplio apoyo popular a su trabajo. Los grupos de la sociedad civil guatemalteca presionaron al estado guatemalteco y a los donantes internacionales para crear la CICIG, impulsando la idea de un organismo internacional a través de negociaciones complejas que abarcaron tres administraciones presidenciales.

Una vez que se creó, los grupos de la sociedad civil fueron cruciales para defenderla. En momentos críticos de los últimos diez años, las organizaciones de la sociedad civil protestaron por la destitución de jueces importantes y de un fiscal general muy respetado, sirvieron como guardianes de los nombramientos judiciales y se movilizaron para mantener la existencia misma de la CICIG.

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