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A lo largo de los años se han probado muchos mecanismos para hacer que el aire se mueva en respuesta a una señal eléctrica. Tres métodos de creación de sonido funcionan lo suficientemente bien y son lo bastante prácticos como para ser utilizados en productos comerciales.

Son el transductor dinámico, el transductor de cinta y el panel electrostático.

Una bocina que utiliza transductores dinámicos suele denominarse altavoz de caja porque los transductores están montados en un recinto o caja. Las bocinas de cinta y electrostáticos se denominan altavoces planos porque suelen montarse en paneles planos y abiertos.

El transductor dinámico

La tecnología de bocinas más popular es sin duda el transductor dinámico. Los altavoces que utilizan transductores dinámicos se identifican por sus conocidos conos y cúpulas. La popularidad de los transductores dinámicos se debe a sus numerosas ventajas: amplio rango dinámico, gran potencia, alta sensibilidad, diseño relativamente sencillo y robustez.

Los transductores dinámicos también se denominan transductores de fuente puntual porque el sonido se produce desde un punto en el espacio.

Los sistemas de bocinas dinámicos utilizan una combinación de transductores dinámicos de diferentes tamaños.

Las bajas frecuencias son reproducidas por un woofer cónico. Las frecuencias altas las genera un tweeter, que suele emplear una pequeña cúpula de metal o tela. Algunos altavoces utilizan un tercer transductor dinámico, el de medios, para reproducir las frecuencias en el centro de la banda de audio.

Compresión dinámica

Cuando un transductor dinámico suena a gran volumen, debe disipar una enorme cantidad de calor de su bobina móvil. A medida que la bobina móvil se calienta, su resistencia eléctrica aumenta, reduciendo la cantidad de flujo de corriente a través de la bobina móvil. Dado que es el flujo de corriente a través de la bobina móvil lo que hace que el cono se mueva hacia adelante y hacia atrás, el aumento de la resistencia de la bobina móvil reduce la cantidad de sonido producido por el transductor. En otras palabras, puedes seguir subiendo el volumen, pero el altavoz llega a un punto en el que no puede sonar más alto.

Este fenómeno, llamado compresión dinámica, altera obviamente la dinámica musical. En concreto, los picos musicales altos no se reproducen con la intensidad que deberían.

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Las bocinas, junto con el sistema de música del coche, influyen en la calidad del sonido generado por el sistema Car Audio. En función de su gama de frecuencias, suelen dividirse en transductores de gama baja, media y alta, aunque a menudo los fabricantes de automóviles utilizan altavoces de gama completa que abarcan todos los tonos a la vez, lo que disminuye la calidad y la selectividad de los sonidos, pero es bastante más barato.

El diámetro de la membrana de un subwoofer típico es de al menos 25 cm, la de un altavoz de gama media suele ser de 13 o 16,5 cm, mientras que los altavoces de alta frecuencia, es decir, los llamados “tweeters”, se caracterizan por tenesister membranas pequeñas: su diámetro habitual es de unos 5 cm.

Los altavoces de coche instalados de fábrica también pueden clasificarse como de componente separados físicamente y coaxiales, es decir, de dos o incluso tres vías. En su caso, sobre el altavoz grande de tono bajo se colocan otro u otros un altavoz de medios o una combinación de uno de medios y un tweeter.

Independientemente de la configuración que funcione en el coche, estos conjuntos no suelen ser lo suficientemente potentes (eficientes) y generan un sonido mediocre o de baja calidad.

A la hora de elegir nuevos altavoces

Hay que pensar en el diámetro adecuado: hoy en día, los modelos estándar suelen ser de 100 mm, 130 mm o 165 mm. También hay que, en función del modelo, la marca y la ubicación dentro del coche, elegir unos separadores con un diámetro interior adecuado.

Esto significa una mayor eficiencia y demanda de potencia al mismo tiempo, pero el amplificador antes mencionado resuelve esa cuestión (normalmente la potencia que proviene únicamente de la unidad estéreo (radio) no es suficiente). También es muy importante la profundidad de montaje requerida (a veces sus imanes son demasiado grandes y no caben en los espacios donde se instalaron los anteriores altavoces de fábrica), así como la ubicación.

Los expertos desaconsejan encarecidamente instalar los altavoces en la cubierta trasera o en cualquier lugar detrás de los asientos delanteros, ya que influye negativamente en la percepción del sonido. Al fin y al cabo, cuando se va a un concierto o se escucha música en el sistema Hi-Fi de casa, la mayoría de las veces se gira de forma que se mira la fuente del sonido. Además, nuestra audición y la forma en que están construidos nuestros oídos hacen que ésta sea la mejor forma de escuchar.

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